Los postres

En aquella época trabajamos en Recoletos y todo el equipo solíamos comer por la zona todos los días, aunque aprovechábamos cualquier ocasión para conocer los restaurantes de moda, siempre bajo el auspicio de Dirube, gran amante de la comida, los vinos y los postres, como es conocido por todos.

En una ocasión, nos llevó a conocer un restaurante de lo más cool de la época, La Basílica.  Un ambiente muy cuidado, muy serio, muy formal, con mucha ceremonia

Cuando llegamos a los postres pidió la carta y minutos más tarde llamó al camarero:

  • Mire, queso (esperó a que lo anotará) fruta preparada (esperó a que lo anotara) …. Eso NO, todo lo demás

El camarero repitió:  queso y fruta preparada no, todo lo demás, y se fue hacia la cocina con cara de extrañeza pero sin decir ni pio

Al momento apareció el Maitre y se dirigió a José Luis:

  • Disculpe caballero, le ha dicho a mi compañero que quiere toda la carta de postres menos el queso y la fruta preparada, verdad? Pero ustedes son cinco la carta tiene 15 postres

Y mirándole fijamente, repitió: queso y fruta preparada no, todo lo demás.

El Maitre se encogió de hombros como diciendo: el cliente siempre lleva razón!  y nos trajeron un carro con todos los postres de la casa menos el queso y la fruta preparada. Creo que nos los comimos sin dejar ni una miga aun poniendo en riesgo nuestra salud ¡¡Cualquiera se los sobraba!!

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